Escritos y Estudios

(Lo menos es más)+arquitectura vernácula= la obra del arquitecto Coppens

(Fragmentos)

Florencia Murillo Dasso y Javier Vicente Roig


Wilfried Octaaf Cyriel nació el 26 de Enero de 1932 en Nazareth, Flandes del Este, Bélgica. Sin embargo por la dura situación de posguerra en Europa toda la familia emigra a la República Argentina en 1949, dónde, un par de años después, se instalan en Tucumán.
En 1958 ingresó a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y se graduó de arquitecto en 1964. Los dos personajes de talla internacional que le han influido durante su formación, tal como nos lo ha señalado en la entrevista, han sido Mies Van der Rohe y Alvar Aalto. Tal vez haya tomado de Mies lo “esencial en el arte de construir”. En el primer número de la Revista G Mies Van der Rohe decía: “Básicamente nuestra tarea consiste en liberar el ejercicio de la construcción del control de los especuladores estéticos y reintegrarlo a lo que era exclusivamente, CONSTRUIR”. Para Van der Rohe la arquitectura es una arte esencial, sin elementos superfluos. Y Coppens expresa, y ha demostrado con sus obras, una adhesión a esta idea. Solo basta mirar los alzados de sus obras o sus espacios interiores para darnos cuenta que cada elemento esta estudiado y puesto en su lugar amalgamando estética y funcionalidad pero sin recurrir al decorativismo. Ambos arquitectos comparten la frase: “lo menos es mas”.

Otro elemento que seguramente ha tomado de Mies es el afán por buscar la unidad entre técnica y arte, donde los elementos constructivos tienen valores expresivos por sí mismos a través de la simpleza y de la pureza de su diseño. Esto se relaciona directamente con otra particularidad de Mies que es la exacta valoración de la característica de los materiales y de los sistemas constructivos. Coppens ha heredado esa cualidad. Sabe no sólo explotar el potencial expresivo de un material, sea madera, hormigón armado, piedra o metal sino también su potencial técnico usando a cada uno de ellos en el procedimiento constructivo adecuado y en el lugar que cada uno debe ocupar. Finalmente otro elemento que entronca a Mies Van der Rohe con Coppens es la rigurosísima ejecución, la precisión en el detalle. Comparar los detalles de Mies para el Lake Shore Drive Apartment (Chicago, 1948), con los detalles de Coppens para La Gran Vía nos verifica esta postura. Al igual que Alvar Aalto Coppens no teoriza construye y concreta. Ha sabido tomar de él su estilo, ligado a ideas a cerca de la condición humana en el que los materiales al natural, los espacios líricos y los efectos de luz producen una poesía primitiva, muy por encima de los buscados intereses “modernos” de la época.

Wilfried Coppens, además, pertenece a una de las camadas de arquitectos formados en la flamante Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Tucumán que contaba por ese entonces con un plantel docente de lujo formado bajo los lineamientos de la Escuela de Arquitectura de Tucumán de la década del 40. Sus docentes habían sido formados bajo la trilogía: “investigar, diseñar y construir” y bajo los cánones del Movimiento Moderno pero también estaban los que buscaban, tomando palabras de Susana Villavicencio, un “cambio de paradigmas”, cuya preocupación era adecuar la arquitectura moderna a la tradición lugareña, a los hábitos de la gente y al clima. Su bagaje constructivo comenzó a formarse ya desde los primeros proyectos allá por el año 1965, Proyecto para el Templo de Cristo Rey o la Casa Miramonti. Pero continúa creciendo con sus últimos proyectos encaminados en el rumbo de la arquitectura comercial.

Su legado en arquitectura abarca más de un centenar de intervenciones entre ideas, anteproyectos, proyectos y direcciones técnicas. Ha intervenido en casi todas las ramas de la arquitectura desde la realización de simples viviendas unifamiliares como por ejemplo la Casa Muntaner (Tucumán, 1966) a viviendas unifamiliares de mayor superficie y complejidad funcional como la Casa Luquín (Tucumán, 1977) pasando por conjuntos de viviendas unifamiliares como el Conjunto Enrico de 7 viviendas unifamiliares (Tucumán, 1975). Agregadas a esta tipología las viviendas de fin de semana o de veraneo como La Cabaña de Miguel Andreosi (Tafí del Valle, Tucumán, 1979) y la Casa Oscar Luquín (El Siambón Country Club, Tucumán, 1998).

La arquitectura industrial también ha sido desarrollada por Coppens como lo demuestra en el Complejo LUMEN (Banda del Río Salí, Tucumán, 1977) donde proyectó el establecimiento fabril, la administración y la vivienda. Otro de los rubros en los que ha incursionado este arquitecto belga es en la arquitectura hotelera. Entre sus obras más destacadas podemos citar el Hotel del Jardín (Tucumán, 1980) o el Hotel Nuñorco (Tafí del Valle, Tucumán, 1983).

Si bien cada obra fue un nuevo reto para él y difieren una de otra (pues una de sus características es la resolución exclusiva de cada encargo, desde lo general hasta el más ínfimo de los detalles), podemos destacar los siguientes rasgos que distinguen a sus realizaciones: gran compromiso de su obra con el individuo como usuario y con el medio donde se inserta; preocupación por la calidad final de la obra tanto en el aspecto constructivo como estético y funcional; minuciosidad en el diseño, tanto en lo constructivo como en lo funcional y estético; diseño global, desde lo general hasta el mínimo detalle; perfección en los detalles; austeridad casi minimalista, tanto en el diseño como en la concreción de los espacios; eliminación de lo superfluo, pureza, simplicidad; organizaciones espaciales sencillas, que solo se complican en los casos en donde circunstancias le son ajenas, como puede ser los condicionantes del sitio o del clima; resolución de plantas a través de elementos integradores: núcleos de circulación vertical u horizontal, núcleos sanitarios o húmedos, estar, etc.; arquitectura como resultado del juego de volúmenes muy simples; sabio equilibrio entre volúmenes y planos, llenos y vacíos, luces y sombras; la luz como elemento constitutivo y revelante de la arquitectura; estudiado uso de los materiales; sinceridad técnica y estética en el uso de los materiales; uso de técnicas constructivas locales, no lo alta complejidad pero si interés y uso de técnicas modernas cuando el caso lo solicite.

En el campo de la arquitectura con un alto valor simbólico ha realizado proyectos y obras como el mencionado Templo de Cristo Rey (San Miguel de Tucumán, 1965) o el Mausoleo de la Familia Luquín en el Cementerio del Oeste (San Miguel de Tucumán, 1981).
En la arquitectura comercial se inicio también en la década del 60 con un concurso ganado para la realización de los escaparates y las oficinas administrativas de la firma El Sportman. Desde esa primera obra ha quedado como arquitecto de dicha firma realizando los diferentes locales de ventas de calzado y ropa deportiva e informal de la empresa no sólo en la ciudad de San Miguel de Tucumán sino también en el interior de la provincia y en las provincias del Noroeste. Es para esta sociedad comercial que ha realizado lo que sea tal vez la obra emblemática de su carrera, la galería y paseo comercial La Gran Vía (San Miguel de Tucumán, 1978) que se completa con una torre para oficinas. Una obra que conjuga calidad y excelencia en el diseño y la realización.